Capítulo 35.
Al salir del hospital regresaron a casa, Daebin le había devuelto a Jimin su anillo contando que había encontrado a Nayeon con él en manos, se le hizo raro cuando la omega desapareció justo después que la confrontó. Pero no le tomó mucha importancia por la preocupación de su desaparición.
Yongsun debía pasar la noche en control, Jungkook insistió en quedarse, pero Jin no se lo permitió alegando que él era el omega de la alfa y que ambos se necesitaban.
Debido a la explosión en el hogar de su amigo, Jungkook le ofreció su casa a Yoongi mientras la del alfa era reparada, así que Hoseok, Yoongi y Solji se hospedaban en lo de Jungkook.
Jimin preparó algo de comida, una sopa de esas que alivian la vida. Luego de comer un poco, el alfa y su cachorro quedaron rendidos, se veían tan cansados, ambos en la enorme cama, uno junto al otro, Jaesung dormía con su dedo pulgar dentro de la boca.
Jimin solo necesitaba un poco de aire fresco.
Salió buscando aquel gran ventanal abriéndolo para dejar entrar un poco el viento.
Miró al cielo y en el mismo lugar estaba su mami tan brillante como siempre.
—Hola mami, lamento no haber saludado antes... todo ha sido una locura —baja su mirada intentando no llorar—. Yo solo quiero decir gracias y quería hacerte saber que tenías razón, ahora todo está bien. Jungkook es más de lo que imaginé y Jaesung tu nieto, mi pequeño alfa es tan bello. Ahora, entiendo que aquel viento siempre fuiste tú visitándome —suspira, aguantando el sentimiento—. Como quisiera que estuvieras aquí, pero sé que siempre me acompañaste.
Jungkook caminaba fuera de la habitación hasta que divisó la silueta de su omega.
—¿Amor?
—Aquí Kook.
—¿Qué haces cariño? Puedes enfermar —lo abraza para darle calor.
—Lo siento alfa no fue mi intención preocuparte, yo solo necesitaba hablar con mamá.
—Entiendo —lleva una de las sillas cerca del omega para él acomodarse sobre ella—. Ven acá —dijo sujetándole la cintura para sentarlo sobre su regazo.
La espalda de Jimin estaba frente al pecho de Jungkook, el alfa rodeó su cintura y sus manos fueron como un cinturón asegurando el agarre, en tanto el omega acarició los brazos que le sostenían.
—Siempre que necesites tiempo a solas, quiero que sepas que siempre voy a respetar tu espacio, pero cuando quieras compañía justo como ahora no dudes en decirme, no importa si es de noche, de día o de madrugada —la voz del alfa resonaba suavemente a un lado de su rostro.
—Lo sé alfa —aseguró acompañado en un suspiro.
—Mi precioso omega, te he dicho que te amo, ¿no? —Jungkook besó sonoramente su mejilla.
Una pincelada carmín pintó las mejillas del omega —En realidad no —responde con una risa traviesa.
—Pero que mal alfa soy entonces, bien Jimin... delante de tu madre te declaro mi amor, en su nombre y en el de mis padres juro amarte, hasta que mi piel se arrugue, hasta que mis cabellos se tornen blancos y hasta el último suspiro de mi alma.
—Eso es un lindo Jungkook, yo también te amo de aquí hasta el final de nuestros tiempos, hasta volvernos como una pasa —sonríe con ternura.
—Nada será como antes amor, en este loco mundo solo seremos nosotros, lo demás que se vaya al carajo.
Se quedaron abrazados por un rato más hasta que Jimin se quedó dormido sobre su pecho, lo cargó en sus brazos para llevarlo a la habitación.
Jimin pasó algo aturdido la tarde por todo lo sucedido, pero al estar con Jungkook, toda la neblina que amenazaba cubrirlo se disipó.
Dongwoo no sería ni considerado como un mal recuerdo, Jungkook se encargaría de que el alfa fuera borrado para siempre de las memorias de su omega.
Acomodó las mantas formando un nido, su lugar especial, donde tenía a salvo a su familia.
✧✦✧
Era una mañana despejada, Jimin despertaba gracias a los rayos del sol que se entrometían a través de la ventana, lo único que se escuchaba era la respiración del alfa, se dio vuelta para estar frente al pecho desnudo, al igual que su pequeño Jaesung, el omega trazó líneas de sus tatuajes. Jimin sonrió con cariño.
Su cachorro dormía plácidamente en su pequeña cama.
Jungkook fingía estar dormido solo para sentir el roce y las caricias del omega en su piel, Jimin aún se sonrojaba cuando el alfa le veía mientras él le demostraba cariño.
El omega le besó balbuceando algunas palabras que el alfa no lograba entender para luego pasar su brazo a su alrededor y abrazarlo.
Jungkook no pudo resistir más y lo ajustó al nivel de su pecho para que su rostro quedara sobre su corazón.
Jimin sonrió —Qué tramposo eres, Kook —habla contra su piel acariciándola con su nariz.
—Hola, cariño —la voz rasposa del alfa le erizó la piel.
—Buenos días, alfa.
Era el tiempo justo, el momento exacto de vivir; las luces, el viento, las estrellas le habían guiado a casa. Todo estaba alineado, este era su lugar.
Al fin tenía la potestad de decir que pertenecía a un lugar, a un momento.
El alfa le observaba como quien admira una obra invaluable en un prestigiado museo dedicado a preservar las más bellas obras maestras alguna vez vistas.
Devoción, admiración y mucho amor. Jungkook se removió dándose vuelta para quedar sobre de él.
Sonrió al sentir las caricias de su omega en su espalda, al parecer eso de trazar líneas imaginarias en la piel del alfa era su actividad favorita.
Estaban en uno de esos momentos en que no se necesitaba decir nada más, pues sus miradas transmitían todo lo necesario y más.
Jungkook acercó su nariz ronzando la de Jimin para darle un pequeño beso esquimal, la sonrisa del omega fue cambiando poco a poco mientras su mirada se desviaba de sus ojos a sus labios, su respiración empezó a ser pesada y entrecortada.
El alfa acercó sus labios y el omega instintivamente cerró sus ojos, sintiendo la piel rozar en su rostro.
Le dejó besos lentos en sus mejillas, párpados hasta llegar a sus labios, terminando con una pequeña mordida.
Jungkook se acurrucó sobre su pecho, y Jimin llevó sus manos a su cabeza peinando su cabello y poder acariciarle hasta que escuchó un pequeño ronroneo de parte del alfa.
La dulce melodía de la risa de su omega resonó en la habitación y Jungkook pensó que ya había ganado el cielo.
—Alfa —Jimin apretó los hombros del alfa para después buscar la frente de Jungkook.
—Mmmmm —jadeó en respuesta besando el hombro del omega para enterrarse en su cuello.
—Amor, ¿te sientes bien? —Jimin acarició su mejilla.
—Mejor que nunca —suspira provocando un escalofrío en el cuerpo del omega.
—Estás ardiendo alfa.
—Eso ya lo sé omega —le responde alzando la cabeza de su lugar favorito dándole una coqueta sonrisa.
Jungkook se dio una felicitación mental al ver la expresión de felicidad del omega —No alfa, tu piel está muy caliente, ¿te sientes bien? ¿Necesitas algún té? —pregunta con rastros de preocupación en su voz.
Jungkook se apegó más al cuerpo del omega, enterrando su rostro en su cuello de nuevo, besando la curvatura hasta llegar a su mandíbula.
—Lo juro amor, estoy bien, tú me haces bien.
—No estoy seguro, tu olor está más fuerte cariño.
Algo hizo cortocircuito en la mente del alfa.
—Mierda, lo siento amor, ¿te estoy incomodando? Mi celo llegó y con todo lo que pasó tomé algo que me dio Daebin para calmarlo unas horas.
Jungkook se separó del cuerpo de Jimin y el omega resintió la falta de calor por la separación, el alfa se dio cuenta del semblante de su prometido.
—Lo siento amor, mi celo es algo intenso —se disculpa de inmediato.
Jimin se hizo pequeño en su lugar, escondió sus manos dentro de la cobija —Yo pensé que te podía ayudar.
—Ay, amor, yo sé que sí, igual a mí me encantaría, pero quiero respetarte, ¿recuerdas que aún no se ha terminado el cortejo?, ¿no? —Jungkook besó sus cabellos.
—Sí, pero en realidad no me molestaría, eres mi alfa.
—Y tú mi omega y por eso quiero hacerlo como lo mereces y deseo que me permitas primero poner mi marca en tu cuello.
Jungkook era consciente que a Jimin nunca le habían dado el trato merecido, nunca le trataron con amor ni cuidado y él quería ser el primero en amarlo como se debe, con respeto y cariño.
—Bien, pero yo me quedaré a cuidarte, tú no irás a ningún lado señor alfa —se puso de pie pidiendo el celular de Jungkook para hacer una rápida llamada—. Yo cuidaré de mi alfa.
Marcó el número de Yoongi pidiendo a la pareja y a Solji cuidar por un rato a Jaesung, las primeras horas eras las más fuertes y su bebé se pondría inquieto por la densidad de su olor.
Solji fue como una segunda madre para su pequeño y no dudaría por nada el cuidado de la alfa para su Jaesung.
Sus amigos preguntaron si estaba consciente de lo que significaba quedarse solo en casa con Jungkook y el omega les juró que se sentía seguro con el alfa aún en ese estado.
Jungkook preparó un maletín con cosas de Jaesung, despertó al bebé mientras Jimin iba a la cocina a guardar algunos aperitivos para el cachorro, no dejaría a Jaesung todo el día, posiblemente para la noche Jungkook ya estaría mejor.
—Te voy a extrañar cariño, lo lamento bebé te espero en la noche.
El cachorro le sonrió mostrando todos sus dientes —Jiji —aplaudió con mucha alegría.
Jaesung estaba emocionado cuando Jimin le mencionó que iría a pasar un rato con Solji.
Unos minutos más tarde, el auto de Yoongi estaba aparcado en la entrada esperando a que Jimin saliera a dejarles a Jaesung, el pequeño corrió a los brazos de la alfa mayor.
—Jiji... —el grito fue tan agudo que todos rieron de la alegría del pequeño alfa.
—Gracias chicos, espero no les moleste traerlo entrando la noche, lamento molestarte Solji.
—No te preocupes Jimin, entendemos perfectamente, para eso estamos los amigos —Hoseok llegó abrazándole.
Jimin se perdió por unos momentos en los cariños de su amigo —Sé que tu alfa no hará nada que tú no permitas, pero si necesitas algo, solo llama, ¿sí?
—Claro Hoseok, muchas gracias —sonríe.
—Ponle paños de agua fría, mímalo mucho eso ayuda —menciona Solji con Jaesung enredando sus dedos en su larga cabellera.
—Trajimos estas cosas —Yoongi le dio unas bolsas con provisiones—. No dudes en llamarnos si necesitas algo.
Todos caminaron dirigiéndose al auto y Jaesung sonreía diciendo adiós con su manita.
Jimin entendía que los celos en los alfas puros eran un poco más intensos y dolorosos si no tenían a un omega para que le acompañara.
Cuando volvió a la habitación el olor terroso era mucho más fuerte, se sintió aturdido por lo denso del aroma del alfa. Buscó a Jungkook con la mirada y lo encontró a un lado de la cama apretando una almohada.
—Jungkook, alfa... ¿estás bien cariño?
—Estoy bien bebé, no te preocupes —responde en jadeos, su frente estaba cubierta de sudor.
—Por supuesto que no, ven aquí —le tendió su mano para ayudarlo a ponerse de pie—. Estás hirviendo alfa, ¿no quieres tomar una ducha?
—Creo que es lo mejor, eres un amor, cariño, gracias.
El omega lo acompañó hasta que el alfa se despojó de su ropa y Jimin ruborizado volteó el rostro a otro lado pensando que podía incomodar al alfa.
—No me molesta que veas Jimin, no te preocupes —el alfa sonríe ladino.
—Gracias... digo, yo sí. Eso es bueno —carraspea—. Toma asiento, por favor —indica preparando el baño.
—Lo que usted mande.
El lobo de Jungkook no tuvo ningún problema con poder contenerse, era doloroso, pero el amor que sentía por Jimin era más grande que su instinto. Así que solamente se dejaría consentir y mimar por el omega.
Sin sentir el aroma de Jimin revoloteó por el baño, la tina estaba a la mitad y Jungkook se sentó dentro de ella mientras el omega enjabonaba su cabello con un poco de champú. Masajeó su cabeza relajando al alfa, lo frío del agua ayudó a bajar la temperatura corporal. Jungkook parecía adormecido con el toque de su omega.
—Creo que ya es suficiente —besó su hombro—. Vamos alfa, no quiero que te arrugues —un beso más en la mejilla.
Jungkook salió con cuidado de no resbalar dejándose cubrir por la toalla que el omega extendía en sus hombros —Bien, yo me daré la vuelta, sobre el tocador tienes ropa interior limpia.
—Gracias, Jimin —justo cuando el alfa estaba por terminar de acomodar sus bóxeres, sintió el verdadero calor del celo, haciéndolo caer de rodillas al suelo.
Jimin se dio la vuelta de inmediato al escuchar el golpe, intentó ponerlo en pie tomándolo de los brazos, pero casi se va de espaldas cuando notó que la ropa interior del alfa no estaba bien puesta. Se avergonzó.
De pronto sintió la necesidad de calmar el dolor que su alfa sentía, pero solo le ayudó a ponerse de pie con el rostro tan rojo que parecía un tomate.
—Déjame ayudarte, yo, esto... —señaló la ropa mal puesta para terminar de subirla, tragó audiblemente cuando levantó la vista y vio ese destello brillar en los ojos del alfa.
—Gracias, omega —el tono de voz de Jungkook era ronco, profundo y vibrante.
—No es nada alfa, ven a recostarte un poco y yo iré a la cocina a prepararte algo.
Jungkook se sentó viendo cómo Jimin le tendía un flojo pants para pasarlo por sus pies —Eso alfa, ¿te sientes cómodo así o prefieres quedarte con ropa interior? —pregunta besando sus manos.
—De cualquier forma estoy bien bebé —Jungkook acaricia su rostro.
—Bien, emm yo... yo iré a traerte algo de comer
—No.
—¿No?
—Quédate junto a mí, no quiero que te vayas.
—No iré a ningún lado. ¿No tienes apetito? —pasa su mano por sus hombros.
—Sí, claro, pero lo que deseo no se encuentra en el menú —Jimin no entendió la frase del alfa.
—Pero podrías decirme y yo puedo cocinar algo para ti —habla sacando un peine del buró para desenredar el cabello de su alfa.
—Eres un encanto omega, pero solo te quiero a ti —se abraza con posesividad a él.
—Aquí estoy Jungkook —el omega guarda silencio cuando sintió las manos del alfa acariciar su cintura.
—Tan lindo, tan perfecto.
—¿Jungkook? —Jimin se sintió un poco nervioso.
—No, amor, no te preocupes, solo estoy admirando tu belleza.
Jimin colocó unas compresas de agua fría en su frente para ayudarle con el calor.
El dolor en su entrepierna era más fuerte al no tener a su omega, pero de alguna forma estaba tranquilo sabiendo que por ahora esto era lo correcto.
Jimin se acomodó en el regazo del alfa con cuidado de no lastimarlo, besó el rostro de Jungkook, entrelazaron sus dedos, levantó la vista y con sumo cuidado empujó el pecho del alfa hasta hacerlo caer de espaldas en el colchón.
Se acostó a su lado usando su brazo como almohada. Siguió con la tarea de repartir besos por el torso del alfa.
—Sé que estás sufriendo mucho, puedo sentir tu dolor, ¿recuerdas? —murmura como si fuera un secreto.
—No duele tanto —responde de igual forma. ¿Eso de que no había dolor? Una total mentira, su instinto se contenía, pero su lobo al encontrar a su omega y no poder compartir su celo, el dolor era más intenso y fuerte.
—Necesitas liberarte —Jimin repartía más besos en su pecho.
—Omega... —el sonido fue algo lastimero en los oídos del ojiverde.
—Ya alfa, yo cuido de ti, permite que te mime —busca sus labios para besarlos.
Jimin movía su mano acariciando el torso desnudo del alfa, la respiración de Jungkook fue más agitada, el omega sintió la piel erizarse bajo su tacto.
Sus caricias viajaron desde el torso para luego llegar a la parte baja del estómago de Jungkook, justo en su entrepierna.
—Jimin... —en voz temblorosa se estremeció.
—Mi alfa es tan hermoso, tan lindo y me dejará ayudarlo porque aunque no lo parezca estoy sufriendo por el dolor que siente —Jungkook inclinó su cabeza de nuevo buscando más besos del omega.
La mano del omega viajó hasta posarse en un punto exacto, levantó su vista a los ojos de Jungkook pensando que se incomodaría, pero su rostro solo demostró alivio ante el toque.
—No quiero que pienses que debes hacerlo —el alfa dijo con voz entrecortada.
—Deseo hacerlo Jungkook, ¿tú estás bien con eso?
—Solo si tú estás completamente seguro, pero yo no quiero que sientas obligación, al fin es solo dolor, nada más ya pasará —besa su rostro.
—Entiendo, pero eres mi alfa y yo estoy sufriendo al verte de esa manera, únicamente déjame ayudarte —rió ruborizado.
—Soy tuyo amor.
Jungkook cerró los ojos dejándose llevar por los mimos, aliviándose entre gemidos y cariños que Jimin le daba, sus olas de calor se fueron calmando gracias a los cuidados de su omega. Se quedó profundamente dormido después de que Jimin le diera de comer y agua para beber.
En algún punto de la tarde, cuando estaba por anochecer, Solji llamó rogando para que el omega dejara al bebé dormir con ella, Jaesung se había dormido en sus brazos, así como cuando ella lo tuvo bajo su cuidado.
—No quiero causar problemas, Solji —responde preocupado.
—Claro que no, Jimin, además tu alfa te necesita.
—Él ya se encuentra mejor, hace unos momentos logró dormir un poco.
—No dudo eso omega, pero igual no es conveniente, el celo de los alfas es intenso y el olor podría perturbar al pequeño.
—Yo no sé, no iba preparado con alguna muda para dormir.
—No te preocupes, Hoseok y Yoongi fueron de compras y ahora Jae es un feroz león durmiendo, su pijama tiene una linda melena.
—Qué lindos son, bien Solji, pero si despierta o algo no duden en llamarme o traerlo —ruega.
—No te preocupes Jimin, gracias por la confianza. Ahora ve con el alfa.
—Gracias, Solji, saluda a los chicos y diles que gracias.
Colgó el celular e hizo una llamada a Daebin para saber el estado de Yongsun y Jin, la omega le comentó que Hoseok les llevó un poco de ropa limpia y algunas provisiones, además de unas macetas que le suplicó a Yoongi comprar para regalarle a su alfa.
Pidió que les informara que había llamado cuando despertaran y sobre el estado en el que Jungkook se encontraba, pues ahora la pareja estaba dormida en la habitación del hospital.
Cuando regresó a verificar que el alfa estuviera mejor, lo encontró bebiendo agua, sentado sobre la cama.
—Jungkook deberías estar descansando.
—No te sentí junto a mí —lo atrajo para acurrucarse junto a él.
Jungkook era un alfa muy mimoso en sus celos.
—¿Cómo te sientes alfa?
—Mejor ahora que estás a mi lado —lo besa.
—Me alegra saberlo —llevó sus manos a su cabello, masajeando su cabeza.
—¿Jimin?
—¿Sí?
La suave voz de Jeon le provocaba cosquillas en el cuello.
—Eres el mejor omega que puede existir, gracias por cuidar de mí.
Sin detener sus caricias, Jimin respondió —Te amo.
Jungkook se aferró al cuerpo de su omega agradeciendo al universo por haberlo puesto en su camino —Te amo omega.
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